En los concursos musicales, donde casi siempre los jurados eran compositores tradicionales, y en las parrandas donde ellos estaban presentes, procuraba cantar mis canciones más apegadas a la tradición vallenata.
Pero a los grupos que grababan los discos, les enviaba otro tipo de obras, las que más me gustaban, las que involucraban los tonos menores, y se extendían en poesía lírica. Nadie quiso grabar esas canciones… hasta 1983.
Máximo Mobil y Hernando Marín, a quienes adoré, y me tuvieron enorme cariño, no eran partidarios de esa estilística. Sin embargo, Marín, el día que le entregó “Corazón indolente” al Binomio de Oro, en 1981, me presentó como una promesa del vallenato, y yo les canté una obra en tono menor, “Mis tristezas”.
Rafael Orozco, que la estaba grabando en un cassette, me preguntó al final cómo se llamaba, y yo muerto de los nervios le dije: “Aquella tarde”, el título de una canción Gustavo Gutiérrez, que acababa de salir. Años más tarde, el propio Israel Romero me recordó ese encuentro.
Tiempo después, Máximo Mobil me pidió que lo acompañara a llevarle un tema a Elías Rosado, que iba a grabar en ese año de 1982 un nuevo disco con los Hermanos Meriño. Ese día Máximo Mobil le entregó el tema “Enfermo de amor”.
Máximo me presentó ante Elías Rosado como una nueva figura de la composición. Yo volví a cantar la obra en tono menor “Mis tristezas”, que Elías grabó en un cassette mientras cantaba. Pero, no me hice mayores ilusiones ese día.
Sin embargo, mi alegría fue enorme cuando llegó a San Juan del Cesar el contrato para la grabación de “Mis tristezas” con Elías Rosado. Yo era menor de edad, lo firmé con tarjeta de identidad, y hasta me tocó inventar una firma.
El tema no fue incluido en esa grabación, pero al año siguiente, cuando Elías Rosado se volvió a unir a Ramón Vargas, Elías lo incluyó como primer tema del lado A, lo que era muy significativo, casi siempre señal de la canción más importante del disco. La obra estaba firmada desde 1982.
Un año después, cuando me reuní por primera vez con Jairo Serrano en Bogotá, él recordaba emocionado los coros que hizo en “Mis tristezas”. Con este tema también inicié mi amistad con el inolvidable Opita de oro, una de las voces más bellas que jamás conocí.
Fui incomprendido en la música, pero poco a poco me entendieron… a partir de 1983.
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Un comentario
Mi admiración por siempre maestro, sus letras llegan a los rincones del alma. Ahora comprendo que, quizá nos encontramos allí los incomprendidos de alguna forma. Gracias por su perseverancia!!
Desde muy niña tuve canciones favoritas del vallenato; pero claro, cómo niña no estaba interesada en saber quién componía. Mi sorpresa al crecer un poco y darme cuenta que quién compuso esas canciones que eran mis favoritas fue la misma persona… Hernán Urbina.
Ha Sido grato disfrutar cada letra en todo tiempo, en toda ocasión, siempre con la misma emoción del alma, desde mi niñez hasta hoy, y creo que por siempre!!