(Foto de The Nation)
HERNÁN URBINA JOIRO
Muy pocas cosas nuevas han surgido, tan parecidas a la libertad, como Internet. Pero tener mayor libertad es la misma situación de tener mayor dignidad: hay que ser digno de tener mayor libertad y ello se logra aceptando la responsabilidad que implica tener más poder para hacer más cosas que puedan afectar a los demás.
La Internet, con sus redes sociales, su capacidad para almacenar, organizar y distribuir cantidades inimaginables de información, es precisamente eso, una herramienta, aunque muchas veces se olvida que hacer juicios críticos no es una cuestión que se pueda delegar a las máquinas, o las conexiones que permite Internet, que eso siempre será responsabilidad del hombre, inventor y manipulador de la evolución cultural.
Esta maravillosa herramienta que representa Internet, que tanto ha servido a la libertad y a la educación, también ha propiciado en diversos grupos una cierta Internetización de la vida, cuyas implicaciones, que abordaré en mejor detalle en un ensayo extenso en preparación, incluye la posibilidad de atrofiar aún más a la actual sociedad banalizada. En la Internet se puede leer todo el chismorreo del planeta, pero también se puede leer o escuchar a Saramago, a Vargas Llosa o a Savater, por ejemplo. El vehículo no es la barrera del conocimiento, sino todo aquello que sea barrera para la abstracción, puesto que el conocimiento es proceso, es esfuerzo mental, no son meros datos o informaciones sueltas o acumuladas.
La Internet ha probado ser un aliado poderoso de la solidaridad, no sólo durante catástrofes naturales, sino también durante calamidades políticas, y no sólo por las recientes sacudidas en Túnez y en Egipto: basta recordar las denuncias que se pudieron hacer vía Twitter o Facebook de las represiones en Irán tras las elecciones presidenciales de 2009.
Los avances en la informática no tienen, necesariamente, que agravar las brechas entre ricos y pobres, como hasta ahora lo han hecho por falta de implementación de más computadores y más Internet en más comunidades. La Internet debe allegarse a más gente porque por este medio se puede llevar más a quienes por tanto tiempo han tenido menos. Si no es limitada por los gobiernos, como ocurre en Cuba y China, la Internet será el mejor vehículo para ejercer la libertad. Es lo mejor que en el momento puede darle voz a aquellos que aún no tienen ninguna voz ante el mundo.
Pero tampoco se puede negar que la trivialización y la vulgarización abundan en Internet, aunque verdaderamente de eso se trata la libertad: libertad para lo que muchos consideran como bueno y también libertad para lo que otros consideran como malo, pero también están en Internet quienes pueden ayudar a adoptar mejores posturas o elecciones y que pueden promover un pensamiento crítico frente a la libertad de muchos de dejar colgada en la Red sólo basura.
13 de febrero de 2011
Cartagena de Indias, Colombia.
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